Resumiendo: Si pasa por mi cabeza, lo escribo.

jueves, 14 de abril de 2016

No quieren ver el arcoíris

20:41 Posted by Lenina , No comments
Wow...lo que pasa el tiempo. Entre la época en que estuve centrada en otras cosas (la vida real me llama, que puedo decir) me dio tiempo de meterme en un taller de escritura de ensayos y con mucha ayuda logre escribir esto. Recién tengo las ganas (y el tiempo) para poder publicarlo. 

No quieren ver el arcoíris

Estábamos preparando una actuación para nuestro colegio mostrando la confianza y seguridad que deberían tener los adolescentes para comenzar su vida universitaria. Cuando la directa vio el ensayo donde un chico debería tener la confianza para decirles a sus padres que quiere estudiar Moda y alta costura, se acercó a nuestro tutor y con un tono firme sin quejas exclamó: “Van a cambiar Moda y alta costura por Diseño gráfico, la primera fomenta la homosexualidad y no voy a dejar que eso pase en esta institución”

A pesar de que la homosexualidad fue sacada del libro de enfermedades hace años y es considerada una orientación sexual normal del ser humano, no deja de ser un tema invisibilizado o ridiculizado en la sociedad.

Desde el colegio se intenta ocultar el tema, desde cosas tan sencilla como quitarla de los problemas de matemática ¿Acaso alguna vez has leído que Pedrito tiene dos mamás? o en la lista de libros que debes leer en todo el año ¿Tenía algún personaje gay?

A los 6 años leí el primer libro infantil que introducía una pareja gay, llamado “Lili y Molly” mostraba los diferentes padres que podían tener los niños, y aparecía uno que decía que tenía dos papás. Recuerdo que no pude entender eso, pensaba que esos dos papás en el cuento, tenían que ser hermanos o amigos cuidando de un niño.

En mi mente no podía caber la posibilidad de que esos dos padres tuvieran la misma relación que un padre y una madre. Los libros, los programas de televisión, los comerciales, los profesores, entre otros, me prohibían sin que yo lo notara de que podían existir parejas del mismo sexo.

Pero como la sociedad sabe que no siempre puede intentar invisibilizar la homosexualidad va creando estereotipos, como si de alguna forma intentara decir: “Si existes, tienes que ser de esta forma”. Crean así al muchacho estilista con voz aguda, a la mujer camionera o al transexual más vestido como un payaso.

Todo esto con el fin de ridiculizar a la homosexualidad, porque cuando alguien ve a alguno de los estereotipos, se ríe o simplemente se aleja. Ahí todo se vuelve más oscuro, porque te das cuenta de que la sociedad, intentando invisibilizar el tema, no solo ha hecho que la gente se aparte, sino que a veces también sienta miedo. Y teniendo como base la ignorancia, la sociedad se vuelve homofóbica.

Eso me recuerda a cuando llevé a mi colegio un pequeño cartel pintado con la bandera LGBT que decía “HETERO Y A FAVOR”. Un amigo se acercó a mí y me dijo “No sabía que eras eso, yo más o menos con ese tema, pero prefiero no meterme”. Me demoré por lo menos diez minutos entender qué pasaba. Él pensó que heterosexual era lo mismo que homosexual, porque en su cabeza no cabía un término científico para las parejas del sexo opuesto, era solo “normal” o “gay”.

Por eso cuando se discutió en el congreso la Unión Civil y varios actores peruanos se pusieron en parejas del mismo género para tomarse fotos con poses románticas; una municipalidad elevó un cartel frente alguna universidad con la cita bíblica donde se condena la homosexualidad.

Y es que, si al menos la Iglesia pudiera cambiar de argumentos frente al tema, sería más interesante debatir con la entidad. Pero desde hace cientos de años usa las mismas razones para negar no solo la homosexualidad, sino también el derecho al trabajo de la mujer y a condenar a las personas de color en su momento.

Porque claro, toman el versículo de Levítico donde condenan la homosexualidad, pero ignoran que a unos versículos más adelante condenan de la misma manera a las mujeres violadas por no gritar lo suficientemente fuerte durante la agresión.

No se cansan de decir que es algo antinatural, cuando en verdad en más de mil quinientas especies se muestra la homosexualidad y solo en una la homofobia. Siempre repiten que las parejas del mismo sexo destruyen a la familia y gritan que son un mal ejemplo cuando lo único que quieren es formar una familia y pedir igualdad de derechos.


Y todo contrargumento pierde sentido cuando te das cuenta de que el tema es sencillo. Una persona homosexual puede ser rica o pobre, alta o baja, puede ser callada o habladora, divertida o sería, podría ser tu primo, tu hermana o tu vecino, puede ser cualquiera o ninguno. Pero lo que nunca dejara de ser, es una persona, una con los mismos derechos que cualquier otra. 

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